El 25 de noviembre marca una fecha emblemática en el calendario de la lucha por los derechos de las mujeres en todo el mundo. Es un día que trasciende las fronteras, donde miles alzan su voz en una sinfonía desafiante, buscando llamar la atención sobre la violencia de género y la inequidad que aún persiste en nuestras sociedades. ¿A qué hora empieza la marcha feminista de este año? La respuesta a esta pregunta es mucho más que un simple detalle logístico; es la antesala de una jornada que se promete histórica, donde cada paso, cada grito y cada pancarta modulan un cambio de paradigma que es absolutamente necesario.
Las marchas feministas han evolucionado a lo largo de los años, convirtiéndose en un movimiento vibrante, que no solo exige, sino que también promete transformar visiones arraigadas sobre el papel de la mujer en la sociedad. En esta oportunidad, la movilización comenzará a las 5 de la tarde, en el corazón de Puebla. Al escuchar esta hora, es imperativo entender lo que representa. No es solo un momento, es un llamado a la acción, un convite a reflexionar sobre el impacto que nuestra participación puede tener. La feminista que se queda en casa no solo se niega a sí misma, sino que también contribuye al silencio que hemos sido forzadas a aceptar por demasiado tiempo.
Imagina el bullicio de las calles, el colorido de las banderas, las consignas resonando en el aire. Cada asistente a esta marcha porta no solo su cuerpo, sino también las historias de sufrimiento, resistencia y esperanza que movilizan a generaciones. Desde las que lucharon por nuestros derechos antes de que incluso pudiéramos pronunciarlos, hasta las nuevas voces que surgen de entre los escombros de la misoginia y del patriarcado. La hora de inicio es, por tanto, un símbolo de unidad y determinación, un recordatorio de que juntas somos más fuertes y nuestras demandas más contundentes.
Pero no todo es festividad y activismo desinhibido. La marcha también plantea momentos de profunda reflexión. A partir de las 5 p.m., nos encontraremos en el umbral de un evento que busca no solo visibilizar, sino desafiar todos aquellos modos de opresión que aún nos atenazan. Es esencial comprender que la protesta no es meramente un acto de rebeldía; es una construcción colectiva orientada hacia la transformación social. Cuestionar el status quo es el prerrequisito para lograr un cambio significativo, para hacer historia.
Este año, la temática se centra en las promesas aún incumplidas de la justicia y la equidad de género. Nos hemos enfrentado a la dura realidad de que, a pesar de los avances legislativos y de la mayor visibilidad de los problemas que nos afectan, el cambio tangible sigue siendo lento y, en algunos casos, inexistente. La pregunta debe ser: ¿qué haremos para que esta indignación sirva como un catalizador para verdaderos cambios estructurales? En la marcha, cada una de nosotras debe representar no solo a su propia causa, sino a la de todas, desde las víctimas de feminicidio hasta las que son marginadas en sus puestos laborales.
Además, es crucial recordar que el mensaje no debe limitarse a lo que ocurre el 25N. Este día es solo una parte de un movimiento mucho más grande que busca investir cada rincón de nuestra sociedad con la urgencia de la equidad. La marcha es una invitación a tomar conciencia, a dialogar sobre la objetivación, el acoso y la violencia que forman parte del cotidiano en la vida de muchas mujeres. Estamos ante una oportunidad para reflexionar sobre cómo se pueden construir y fomentar espacios más seguros y empoderadores. En este sentido, cada voz cuenta. Cada una de nosotras tiene una narrativa que suma y que, al ser compartida, puede inspirar a otras a desafiar su entorno.
Finalmente, alerta a todos aquellos que deseaban permanecer al margen: la marcha feminista no es un evento que debe ser ignorado. Su esencia desmantela la indiferencia y despierta un fuego interior que no puede ser apaciguado. La hora no es sólo un dato concreto; es el momento que marca el inicio de un nuevo capítulo en nuestra historia colectiva. Así que, prepara tus carteles, alista tu voz y ven dispuesta a hacer historia. Porque, al final del día, estamos en esto juntas, y nuestra lucha no conoce límites.
Aprovecha cada momento, cada palabra, cada mirada que compartas con tus compañeras. Porque hoy, más que nunca, es esencial recordar que la historia no se hace sola. Se escribe con la sangre, las lágrimas y la fuerza de mujeres decididas a derribar muros. La marcha feminista de este 25N en Puebla a las 5 p.m. es solo el comienzo; la verdadera transformación empieza cuando las calles se llenan de mujeres dispuestas a cambiar el mundo. Estás lista para unirte a este movimiento que no acepta un «no» por respuesta. Es hora de avanzar, unidas, hacia un futuro donde la igualdad no sea solo un sueño, sino una realidad palpable. ¡Haz historia con nosotras!