¿Hora de la mani feminista en Bilbao? Horario y recorrido

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El 8 de marzo se ha convertido en una fecha emblemática para la lucha feminista en todo el mundo. En Bilbao, como en muchas otras ciudades, las calles se llenan de voces al unísono, exigiendo igualdad, respeto y justicia. Sin embargo, cada año, surge la misma pregunta entre los ciudadanos: ¿a qué hora comienza la mani feminista en Bilbao y cuál es su recorrido? Aunque esta cuestión pueda parecer trivial, es un reflejo del profundo interés y la necesidad de participación activa en un movimiento que busca romper con las estructuras patriarcales que aún persisten en nuestra sociedad.

La fija programación de la marcha feminista en Bilbao, que históricamente ha tenido lugar en la tarde del 8 de marzo, se ha convertido en un ritual anticipado por muchos. La hora elegida no es casualidad; coincide con el momento en que la mayoría de las mujeres pueden asistir tras sus obligaciones laborales y familiares. No obstante, ¿por qué nos fascina tanto la idea de reunirnos en las calles a protestar? La respuesta radica en la urgencia de la situación actual. A medida que la igualdad de género avanza lentamente, cada manifestación representa un grito colectivo que se hace eco de las inquietudes de millones de mujeres que, a menudo, se sienten invisibilizadas.

Este año, la manifestación comenzará a las 18:00 en el céntrico Parque de Doña Casilda, un lugar emblemático que simboliza la unión y la lucha por los derechos de las mujeres. Desde allí, las participantes se desplazarán a lo largo de la Gran Vía, un arteria vital que refleja el pulso de la ciudad. La elección de esta ruta no es fortuita; representa un acto de reivindicación en un espacio que debe ser nuestra casa, donde todas las voces deben ser escuchadas por igual. La marcha busca visibilizar el mensaje de que la lucha feminista no es solo de las mujeres, sino de toda la sociedad.

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Pero esta maniobra no es meramente territorial. La elección del horario y el recorrido nos da la oportunidad de reflexionar sobre la amplia red de opresiones a las que nos enfrentamos. Cada paso que damos en esta caminata es un recordatorio de las luchas previas; de las mujeres que nos han precedido y que han dado su vida por la causa. La historia ha estado marcada por el sacrificio y la resistencia. El 8 de marzo no es únicamente una celebración, sino un tributo a esas heroínas anónimas que no han dejado de luchar por un mundo más justo.

Al describir el recorrido, es imperativo resaltar cómo cada punto en el trayecto ofrece un contexto profundo. Cruces de calles, plazas adornadas por historias no contadas, y edificios que llevan en sus muros los ecos de antiguas luchas. La manifestación no solo avanza físicamente, sino que también recorre la memoria colectiva de un pueblo que continúa resistiendo. El contexto urbano se convierte en un escenario donde se escenifican no solo demandas de igualdad, sino también la exigencia de acabar con la violencia de género, el acoso y la discriminación que cada día viven tantas mujeres.

Además, es crucial mencionar que la manifestación se complementa con diferentes actividades previas y posteriores que enriquecen la jornada. Desde talleres, acciones culturales, hasta charlas que enfatizan en la importancia del autocuidado y la sororidad, la jornada se convierte en un espacio de aprendizaje y empoderamiento. La participación activa en estos eventos no solo fortalece el movimiento, sino que crea lazos entre mujeres de diferentes generaciones. Esta interconexión es esencial, pues cada conversación y cada historia compartida sirven de bálsamo para las heridas colectivas aún visibles.

No obstante, el potencial de la movilización no debe ser subestimado. La manifestación en Bilbao, como en otros lugares, simboliza una esperanza que trasciende fronteras. A menudo, las instituciones y los medios de comunicación intentan relegar nuestra lucha a pequeños sucesos, jugando con la idea de que son atentados transitorios. Pero, ¿qué pasaría si nos negamos a aceptar esa narrativa? Si la multitud que clama por sus derechos se convierte en una fuerza común y poderosa, ¿cómo podrían los mecanismos del poder ignorarnos? Este es el desafío que enfrentamos cada año.

Finalmente, al plantear la pregunta sobre el horario y recorrido de la marcha feminista en Bilbao, estamos tocando algo más profundo que la logística. Estamos hablando de un legado de resistencia que se manifiesta en cada paso que damos. La opción de participar no es una mera cuestión de tiempo, sino una responsabilidad colectiva en la que cada uno de nosotros puede contribuir al cambio social. La hora de la mani feminista no solo es un momento en el que las mujeres toman la calle, sino un recordatorio de que es hora de empezar a cuestionar nuestras propias comodidades y miedos. Es hora de alzar la voz y unirse a la lucha que aún queda por delante.

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